La pasta de sal es un material accesible a todos, combina cualidades como la sencillez y la maleabilidad y se presta a toda clase de fantasías, además de adaptarse a todos los bolsillos. Un poco de harina, un poco de sal y un poco de agua: basta mezclar estos tres ingredientes y ya tenemos las puertas abiertas a todo un mundo de fantasía.
A los niños les encanta esta actividad porque les permite dar forma a sus deseos creando pequeños personajes, animales y juegos, y también expresar su personalidad.
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